16 de febrero de 2012

La reflexión de estas últimas horas


- ¿Querrás decirme qué camino seguir?
- Eso depende del rumbo que desees tomar.
- No tengo rumbo.
- Entonces cualquier camino es bueno.


El gato Cheshire y Alicia,      ......................................................
Alicia en el País de las Maravillas. Lewis Carrol...........................

15 de febrero de 2012

Las horas largas


Hay ocasiones en que Dalí paraciera haberle robado las manecillas al tiempo, para jugar. Las horas cortas se vuelven un factor a evitar porque normalmente se disfrutan demasiado. Pero las horas largas... ¡ah! las horas largas sí que se nos repiten.

Horas largas son las que pasan cuando:
... te da hambre a las 11am.
... estás en cola en alguna autopista caraqueña en días de semana
... sabes que ese día te entregan unos resultados inciertos
... llamas a Movistar y te ponen a esperar con sus canciones desesperantes
... tus alumnos adolescentes están todos en otro planeta
... vas en un avión y algún niño o bebé llora
... tienes demasiadas ganas de estar así:

O cuando:
... se tardan en traer la comida que ordenaste, y tenías hambre desde que entraste al restaurant
... tienes insomnio y nada que hacer
... estás haciendo cola obligado(a)
... estás en cuarentena
... tu vecino en el autobús es muy parlanchín- pero muy aburrido
... tu vecino en el autobús te quiere caer
... ponen un cd de salsa-sexxxual en el autobús (a.k.a salsa de tukis excesivamente porno)
... estás en una reunión que te habría gustado perderte.
... pierdes a alguien y tienes que acostumbrarte :(
... te vas a una discoteca con alguien que está cero animado
... te quedas sin agua en tu casa y necesitas bañarte
... estás esperando a una persona que adoras y que viene de viaje
... estás claro en que no te sabes nada de lo que preguntan en el examen
... quieres quitarte de encima un sentimiento.

Las horas largas son muchas, frecuentes, comunes. Son como quisiéramos que fueran algunas horas cortas. Son también lo que las horas cortas -gracias a dios- no son. Son la mitad de los cuentos que vale la pena contar. Y eso es lo que me gusta: ya que no podemos escaparnos de ellas, hagamos historias.


14 de febrero de 2012

La Odisea del imperialista


A ver: necesito la Visa. Se me vencía este año, así que hubo que pedir cita para renovación. Esa cita nos la dieron (a mis papás y a mí) para hoy.

Bueno, no es como que yo tuviera planes para el 14 de febrero este año, pero sí es una semana SUPER ocupada en cuanto a clases y exámenes. Pero dado que necesito la Visa pronto pues, ni modo. Pedirle a los gringos que te hagan un reschedule es despedirte de ese papel por unos meses (comprensible, ésto).

Mis papás llegaron a Maiquetía a las 7 am. Hiper puntuales. Nos reunimos en El Marqués, fuimos a Valle Arriba y desayunamos divino (en Rey David). Contentos y animados nos fuimos a la embajada estadounidense. Y allí empezó la odisea. ¡Madre odisea!

Uno (que es turista, como yo) lo hace porque  quiere viajar, comprar cosas buenas a buen precio y coye, darse un gusto. Los que tienen plata van a guardar plata en los bancos y los que no, van a gastarse a diestra y siniestra lo poco que tienen en un sinfín de tiendas allá. Así es uno en Estados Unidos. Gasta parejo.

Pero esto no parece ser de mucha importancia para los encargados de la embajada en Venezuela. Tampoco parece serlo que hay una buena cantidad de gente que viene del interior del país y se tuvo que venir sin celular ni iPod porque no conoce gente de confianza con quien dejar sus cosas. No tienen estacionamiento salvo para ciudadanos "americanos" (FYI, this is South America. Get it?), ni han habilitado espacios cercanos para estacionar sin que un policía amenace con multarte. Paga tu taxi o camina que jode. Tienes que pagar setenta y tantos dólares, más el transporte (avión, autobús, taxi) para llegar a un sitio en que te piden hacer líneas super largas bajo el sol (sólo hay techo para los carros de los gringos) y donde no te ofrecen una silla antes de la etapa final del proceso.

Ojo: en nuestro caso, empezamos la cola de las 12:00 a las 11.30 am y salimos de la embajada a las 2.20pm. Si le tienen miedo a las várices, llévense sus medias. Hay mujeres que salieron de allí en tacones de 10 cm. A ellas quiero decirles algo: las admiro.

Lo bueno es que depués del paso 4 (captarte las huellas digitales) te dejan de mirar como a un delincuente fastidioso. Me dio cosa con el vigilante del paso 3 porque él fue el único no pedante en esos primeros 4 pasos, y cuando le volteé los contenidos de la cartera sobre la mesa me preguntó si estaba molesta. It wasn't his fault, y se lo dije.

En nuestro caso, juraba que en el último paso (la entrevista) me iban a llamar a mí. Por aquéllo de que soy estudiante de último año, soltera, etc. podrían haber pensado que soy el perfil típico de latina busca-maridos inmigrante allá (falso. Aclaro que no quiero vivir en EEUU. Ever. Y mucho menos hacer vida allá). Pero no, hicieron pocas preguntas y nos dieron la Visa. Así que salimos satisfechos, de nuevo contentos hasta que vimos la cola de DHL (que debes hacer obligatoriamente para que te envíen tu visa. No es por cuenta de la embajada). Eso fue otra media hora. Y luego salimos satisfechos porque pronto tendremos en mano nuestro permiso para poner un pie en EEUU. Donde, ¡gracias a dios! la gente sí es amable y considerada con el turista.

Así que ya saben:
$75 + pasar 1h30 de sol + várices + gente pedante (con excepciones ya mencionadas) + aburrimiento total = Visa = venezolano satisfecho (hasta contentos, algunos)

Es como ir a un restaurant caro, comer tierra y sonreír porque te sacaron una foto para Facebook de la que puedes presumir. Esto es lo que nos pasa por -como dice Chávez- imperialistas que somos, nosotros y todos los chavistas bien conectados que van a gastarse nuestros impuestos allá.

Suena fatal, porque uno acá es super abierto con los extranjeros y se ha comido de las películas hollywoodenses que los gringos son la crema de la generosidad y atención. Pero cuando llegué a la Alianza y estaba quejándome de eso (en francés es sabroso quejarse, jaja) con otras 2 profesoras, salió E. (una nueva profe, recién llegada de Francia) a contarnos su historia del SAIME y su cédula. Hay que notar que el SAIME funciona super bien desde hace unos años acá: proceso rápido y pasaporte o cédula salen a tiempo y sin defectos. Aparentemente no es así para los extranjeros. A E. la han tambaleado de una oficina a otra con la excusa de que sólo en el centro se hacen cédulas extranjeras, y luego de que todo se puede hacer en todas partes pero no saben cómo. Luego le dijeron que nunca habían recibido un papel del Consulado Francés, por el cual no había habido problema ninguna de las visitas anteriores. Y la mandaron a volver en 2 meses.

En la inseguridad que hay, hacer que un extranjero ande siempre con su pasaporte en el bolso es realmente una desconsideración, sobre todo si se justifica únicamente con la incompetencia de los funcionarios de atención al público (aparentemente no muy bien informados) de las oficinas periféricas del SAIME. Y no hay nadie que responda por el caso. E. sigue sin cédula y deberá probar suerte de nuevo en 2 meses.

Si la pedancia y superioridad de una parte del personal de la embajada gringa me molestan, no sé si pueda decir que son peores a la apatía y desinformación generalizada del personal de atención de las oficinas públicas venezolanas. Uno, imperialista con su odisea para gastar dólares, y otros, extranjeros con su odisea para hacer cualquier cosa aquí.


Ya no me quejaré. (Pero ojalá me queden 10 años hasta mi próxima visita a esa embajada)

13 de febrero de 2012

Una necesidad cuasi-básica


Pocas cosas hacen tanta falta como un buen amigo (o una buena amiga).

La que te saca la piedra a propósito. A la que le sacas la piedra de vez en cuando. La que te da un abrazo y te promete una botella o una rumba juntas para el fin de semana. La que se cala tu llanto y tus quejas y luego te dice "mija, arréglate. Te ves horrenda" y con eso te hace sentir mejor. La que se sabe todos los rayones de tu vida  y se ríe de ellos. La otra que se los sabe también todos y no los menciona. La que está lejos. La que vive metida en tu casa. La amiga que siempre quiere salir. La que prefiere una reunioncita casera ante todo. La amiga que siempre está disponible pa darte la cola. La que siempre tiene un buen cuento que echarte cuando la vayas a buscar. La que adoras y no entiendes. La que siempre te lleva la contraria, pero está allí a la hora de la chiquita. La amiga despilfarradora. La amiga pichirre. La que es super cariñosa. La que es super franca. La que pide consejos. La impulsiva. La atrevida. La niña buena. La amiga que celebra todo. La que admiras porque lleva un mundo a cuestas. La que te dice que te quiere. La que no lo dice. La que es muchas de las anteriores. La que es una sola de estas cosas, pero se destaca.

Todas se vuelven una parte de tí. Todas te marcan, todas van construyendo pasivamente una nueva tú. Todas son valiosas. Todas hacen falta, al menos en una parte de la vida.

Vuélvete todas (os), vuélvete una(o).
Sé amiga(o) :) mañana y todos los días.

Si hay algo por lo que doy gracias, es por haberlas tenido a todas.

12 de febrero de 2012

Ya tenemos candidato. ¿Y ahora?


Cuando el cielo está así de hermoso como el de Sartenejas esta noche, siempre pienso que se vienen cosas buenas. Un cielo despejado, negro como el infinito, en el que se ven bien marcadas las estrellas.

No me atrevo a decir que esto de las primarias, Capriles electo y el número de votantes sean premonitorios de un cambio inminente en el país, como algunos en la televisión ya están diciendo. Pero sí creo que son bases para un ánimo distinto, para atrevernos a pedir un cambio. Y no me refiero a un cambio de gobernante, sino a un cambio en nuestras actitudes porque, como lo dije hace poco, pienso que somos nosotros los que permitimos o impedimos la deconstrucción del país.

Necesitamos decir y dejar claro frente a los candidatos presidenciales lo que queremos y lo que no. Exigirles que nos hablen (con buenas bases, no con delirios) de cómo piensan darnos el país que queremos, y que nos lo digan puntualmente. Esas charlas de María Corina diciendo "aquí todos tendremos el nivel de vida que queremos" (¿me pueden explicar cómo haría eso, exactamente? Nunca lo dijo) eran tan vacías de intención como las de Chávez diciendo que él quiere un país de paz y dignidad. Chávez no sabe qué es la dignidad, o al menos eso da a ver.

La mentalidad de un país que ha vivido bajo un paternalismo excesivo por medio siglo es algo que no se va a cambiar fácilmente. Pero yo quiero a alguien que lo intente. Que se pase todo su periodo de gobierno intentándolo, y no enriqueciéndose a cuesta de esta mediocridad virulenta.

No sé cómo lo van a hacer. Pero eso es lo que yo quiero, y lo que voy a pedir de un candidato y presidente, por encima de todas las cosas. Alcemos nuestras voces. Hay un camino hacia la mejor Venezuela, pero ese camino lo tenemos que indicar nosotros. Desde abajo hacia arriba, y nunca al revés.

Hoy, hace ya casi una hora, empecé a pensar de nuevo en quedarme. Quedarme y construir. Ya veremos. Octubre es el próximo paso.

Postsecret fav - feb 12th


¡Ah! De nuevo un empate.

Esta semana pusieron los Valentine's Secrets. Por ende, ambas postales hablan de amor. La primera me dio mucha risa. (Really? ¿El tipo hizo eso?) También algo de lástima porque hay que ser realmente mala gente para hacer eso... mala gente o adolescente, lo cual a veces es lo mismo, por lamentable que sea. Pero sobre todo risa porque algo me dice que no fue el tipo sino la mujer quien envió este secreto, y ¡de pana qué chimbo que le haya pegado tanto!

La segunda postal me encanta porque hay un lado -pequeño- de mí que es hopelessly romantic, y que siempre ha adorado la idea de los mensajes en botellas. Es así desde chiquita, no sé explicar por qué. Nunca he hecho o visto una, pero creo que sería la joya de mi colección de objetos perdidos. Y bueno, los códigos. Been there, done that...

Amor con ortografía


Mensaje en botella, y códigos, códigos...



11 de febrero de 2012

Mourning


3 days, ending today.
I've shut my brain off for a while. When you start to accept stuff, you need to start thinking how to deal with it.

I stayed for a while alone inside my uncle's room today, thinking of how it doesn't look or smell like  his room anymore. SO many things have changed in just 3 weeks!
And now i go looking for him and i can't even find his smell in his own room.
But it was as peaceful as ever, i'll agree on that.

I'll make up for these 3 days' posts.
And there'll be more to come, starting tomorrow.

mensaje subliminal del post?

8 de febrero de 2012

Orgullo


Cuando de ser orgulloso se trata,  muy poco es mejor que mucho.

Siempre.

Pero para entender esto, hay que empezar por aprender que orgullo y amor propio no son la misma cosa.

Hey: nadie dijo que era fácil.

Lo que puedo decir es que nunca me he arrepentido de haber sido poco orgullosa. Me ha dolido que jode, pero no por eso diré que no valió la pena- cada vez.

Meter sus manos en la tierra, ensuciarse hasta los hombros y sí, mancharse y sí, sentirse enfermar, puede traer frutos que lo valen todo. Y luego  nos curamos, claro. (Pero primero, hay que entender lo de arriba)

7 de febrero de 2012

La profesora vs. la alumna


Del lado del pizarrón, todos los sentimientos son distintos.
Desde allí se los ve cuando chequean el celular, se da uno cuenta de ese alumno que está ocupándose en algo completamente distinto, del que está perdido, del que ya quiere correr a hacerte la próxima pregunta, y del que tiene pena de preguntar.
Uno les ve sus caras de cansancio (coye, son las 8 de la noche y no han parado en su casa desde la mañana) y le provoca hacerlos reír. A veces ve con gusto sus caras de interés, sabe que los despertó, que ahora sí los tiene en sus manos... y tiene que dividirse el cerebro en dos para seguir con la clase e ir pensando en cómo mantenerlos ahí por el tiempo que quede. Y eso se disfruta, al menos yo lo he disfrutado estos 3 años.
Del lado del pizarrón, uno se emociona, se enerva, se desvive, se alegra, se aprende de paciencia, de sonrisas y de tonos adecuados.
Intentando todo el tiempo hacerlos enamorar de una idea, se enamora uno mismo de ella... y sin darse cuenta, cae en el cambio, ese cambio al que te llevan todos los amores. Y te pones feliz.

Image obtenue du blog www.100drine.be
Una vez que has estado allí, junto al pizarrón por el tiempo suficiente, se vuelve extraño cambiar de sitio: volver a los pupitres, a ser visto revisando el celular, ocupándote de algo completamente distinto, a estar perdido, a querer adelantarte a la próxima pregunta, a tener pena de preguntar.
Se enfrentan la profesora y la alumna. Te provoca ser el alumno soñado. Pero estás cansado, son las 8 de la mañana y te dormiste a las 2, terminaste con tu novio, tu amiga te dijo que se casa, tienes un pariente enfermo, no has desayunado, se te ocurrió una idea de negocio, estás ansioso(a) por ir a lanzarte en los brazos de tu novia(o), o por continuar ese libro que ayer dejaste en la mejor parte... Del lado de los pupitres sólo importa realmente el lado de los pupitres.

Lo raro es que te toque -como a mí ahora- ocupar un lado u otro según el día y la hora. Llevar dos mundos que aún no logro integrar. Y adorar locamente ese que, desde hace tres años, me exprime la cabeza a punta de preguntas aleatorias y me deja las manos manchadas de tinta.

Esto de ser alumna es lo que toca. Es lo que elegí, y lo que me hace falta pa' echar bases.
Y esto de ser profe... es lo máximo. Es lo que me cayó encima, lo que he llegado a necesitar, y lo que me ha dado más sonrisas inesperadas. Del lado del pizarrón, ¡las mismas cosas se sienten TAN distintas! (y tanto mejores)

Cuando me dicen Bachiller Alfonzo, me siento orgullosa y comprometida. Pero cuando -de vez en cuando- me dicen professeur, se me hace el día. Si nunca han dado clases de algo que verdad les guste, inténtenlo. Apuesto todo a que se llevarán una muy buena sorpresa.

Disco del día


One cell in the sea - El disco es lindo y tan nostálgico como el título.


The sun is in the east
Rising for the beasts and the beauties
I wish that I could tear it down
Plant it in the ground to warm your face
And I built myself a castle on the beach
Watching as it slid into the sea...
(fragmento de Last of days)

6 de febrero de 2012

Así estamos, tío


... ha tocado bañarte en crema y hueles a Nivea, y me encanta. Porque Nivea huele a ternura y eso es lo que más tienes.
Ahora que saliste de la clínica quisiera lanzarme encima de tí a abrazarte, pero siento que te voy a romper. Ahora lo que más me alegra es ese micro-besito que alcanzas a darme cuando te acerco mi mejilla lo suficiente. Si por años te admiré, hoy por hoy me da orgullo ver la solidaridad que te has ganado de quienes te conocen.

A veces me da miedo. Miedo de que estés sintiendo esa cosa comerte por dentro. De que no te deje apreciar las cosas buenas que han venido a rodearte estos días. Pero prefiero imaginar que no, que las medicinas y Dios te ayudan a no sentirlo, a estar tranquilo.

Hoy ya no pudiste hablar. Pero conmigo (igual que con los de tu casa) sigues contando para escuchar historias, recibir besos y sonrisotas. Yo sé que tú sabes todo eso que no te hemos dicho ni los doctores ni nosotros. Mas también sé que eres valiente, porque todos los que he conocido de tus antiguos comandos te tratan con admiración. Lo que no sé es si tú, como yo, aún estás apostando en el fondo a que no se te hayan acabado aún tus dosis de milagros. Ya te saliste de esta 2 veces, ¿quién quita?

Ya no podemos hablar, tío. Y no me atrevo a decirte estas cosas cuando la respuesta tendrá encierro obligatorio. En cambio sí me atrevo a ir a verte. Decirte que te quiero, desearte tranquilidad, paz... y llevar alguito de esperanza guardada en el bolsillo.

Así estamos. Calladitos nos entendemos.

5 de febrero de 2012

El Disneyland que no conocíamos


Desde hace 2 años vivo en una habitación alquilada en casa de la Sra. Rosa. Sus dos hijos son super decentes y en el tiempo que llevo acá he llegado a conocer de ellos muchas cosas, entre esas, lo quejones que son con su mamá. Pero se quieren y se ayudan mucho, eso es lo bonito. Uno de ellos se casó hace poco y está viviendo en casa de sus suegros mientras arreglan su casa él y la esposa. Viene de vez en cuando a comer acá y a ver a su mamá.
Hoy me estaba contando la Sra. Rosa que estaba reunida con su hijo mayor en la sala cuando salió su hijo menor a quejarse de la comida, que si otra vez lo mismo, que cómo podía no haber postre, qué sé yo... Luego de que se terminó de quejar, salió su hermano y le dijo "¿Sabes cómo es la cosa, chamo? ¡Tú aquí vives en Disneyland! Yo aquí vivía en Disneyland."

Cuando la Sra. Rosa me lo dice, me echo a reír. Pensé "¡claro que vivía en Disneyland! Uno se va de Disneyland y se da cuenta al rato de donde estaba."
El chico casado añora ahora la comida de la casa que criticaba tanto. La merienda de la tarde, el café listo en el momento que gustara del día, la leche... en fin, todas esas cosas que le gusta comer y que nos regalamos a lo largo del día.

Resulta que esas pequeñas cosas que uno tiene en su casa terminan teniendo un gran peso en nuestras vidas.  Yo lo entiendo, más que perfectamente. Desde que me mudé a Caracas, donde inicialmente viví en un apartamento con solo una compañera, muchas de mis amigas maracuchas y de la gente que conocí acá me decía que era envidiable mi situación. Oh sí, ellos estaban locos por independizarse ahora que comenzaban la uni, salir de sus casas y que nadie les mirara la vida. Durante un par de meses lo disfruté. Cocinarme yo, aprender a limpiar la casa, lavar ropa, hacer mis mercados, organizar tranquilamente mis horarios... Luego empecé a llegar a la casa en las noches y a sentir que me hacía falta alguien a quien contarle mi día, alguien que también probara mi comida y me dijera "qué sabrosa", alguien con quien sentir un calorcito de casa. Luego me ocupé más y me mudé a otros sitios, ya nunca sola, y me sentí muchísimo más a gusto. Me quejaba de lo "inútil" que me vuelvo al ir a Maracaibo, porque mi mamá está haciendo por mí casi todo lo que yo hago acá y pues siento que no hago nada. Me daba fastidio, quería volver. Aún me da algo de fastidio, jaja tengo que admitirlo. Pero entonces pienso en las veces que me he enfermado y paso las fiebres sola, en las veces en que no valgo medio y tengo limpiar la casa porque el polvo me enferma, o  ir a la farmacia porque si no ¿quién me va a comprar las medicinas para curarme? Pienso en todos los postres que no he hecho porque no me los puedo comer sola. Pienso en las veces que me he parado enratonada, o tarde, y no tengo un desayuno listo o a mi madre ofreciéndome uno para que yo pueda salir rápido, o en las veces que llego tarde y cansada del trabajo y pienso que daría oro por llegar a casa y tener una cena preparada. Y alguien a quien contarle el día. Eso puede volverse tan importante.

Pero esas cosas no las sabemos hasta que no las dejamos. Mi casa en Maracaibo es Magic Kingdom. Maracaibo es mi Disneyland.
Sí, a veces me aburre, me frustra que usen tanta salsa 57 para cocinar, que el arroz sea pegostoso porque así le gusta papi, que mi mamá me critique X o Y, etc. Pero los pequeños detalles son importantísimos.


Nuestras casas son fieles a cuidarnos y a darnos una consentida simple pero constante. Si se van a ir de independientes como yo, que sea por una buena razón y a un sitio donde alguien los haga sentir, por lo menos, algo cercano a casa. Y cuando vuelvan, acuérdense de apreciar lo que tienen. Aprovechen pa enfermarse y que otro los cuide, hacer sushi casero, postres por montón, escuchar otra música que no sea la suya. Suelten las riendas un poquito, ¡están en Disney!

Postsecret fav - feb 5th


Esta semana no hubo tantas postales interesantes, en mi opinión. Frank sabrá cómo escogerlas. Pero creo que esta es una favorita entre muchas, porque sé exactamente cómo se sintió la persona que escribió esto. Darte cuenta de que de verdad no te da miedo un futuro con alguien es... a quite big and beautiful realization.

4 de febrero de 2012

Mi juego favorito



Cuando estaba pequeña jugaba muchísimo con mi hermanita a Las Amigas. Fue un juego que inventamos entre las dos, en el que jugábamos muy seriamente a ser grandes. 
Nuestros alter egos tenían otro nombre, teníamos ambas 22 años y trabajábamos cada una en un trabajo distinto. Entiéndase por trabajo: sitio donde los adultos van y hacen "algo ocupado" -así decíamos- hasta la tarde y ganan dinero. Teníamos los mejores looks imaginados, le robábamos peinetas, collares y maquillaje a mi mamá, y caminábamos en puntillas porque nuestros alter egos adoraban los tacones.
Vivíamos solas, o a veces juntas. Ninguna tenía carro, pero alguna otra amiga nos podía haber prestado el suyo. Tampoco novio, aunque sí nos podía gustar alguien de vez en cuando.

Jugábamos sólo cuando estábamos solas en la casa (solas no: abuela china -la sra de servicio que nos cuidaba- estaba en su cuarto y nos chequeaba de a ratos.) porque estaba out of question que mi madre nos viera espaturrándonos sus labiales en las mejillas (en ese entonces no sabíamos del blush) o nos escucharan hablar las locuras que hablábamos. No, no había espacio para adultos reales en nuestro juego. Sólo nosotras.

El mundo se extendía a lo largo y ancho de nuestro pequeño apartamento... podíamos viajar unos días con solo desaparecer tras la puerta de un cuarto e irnos a otro donde no estuviera la otra. Una podía desmayarse como las tipas de la novelas, y así ir al médico, donde la otra la curaba con su maletín de medicina Fisher Price y la cuidaba. Nos preguntábamos la hora con aire de preocupación, y la leíamos de una tira de papel enrollada alrededor de la muñeca. Decíamos que trabajábamos mucho y por eso nos podíamos dar todos los gustos de viaje, cafés y ropa que nos provocara. No sabíamos nada de marcas, ni de geografía, ni nos ha gustado nunca el café (aún ahora solo me gusta un buen Mokaccino) pero ¡qué divertido era vestirse lindo, ser hermosas, salir a contarnos la vida y viajar!

Las Amigas era nuestro juego favorito, al menos hasta los 7 años cuando ya Sofi entró también al colegio, empezamos el ballet, tuvimos (televisión por) cable y tuvimos más barbies con las que maquillamos la  transición entre "ya no más Las Amigas porque ya estamos muy grandes" y "hoy vienen mis amigas del colegio."
Ya en el 2011 Sofi pasó los 22. Y yo no dejo de verla y recordar ese juego. Aún no tenemos profesión ni apartamento propio, pero trabajamos pa eso. Y tenemos todas esas otras cosas a las que jugábamos. Nunca he jugado algo que supere la diversión de ese juego. Era tan divertido como lo es hoy jugar cartas juntas o sentarnos a chismear locuras de otra gente. Y cuando pienso en esto, la niña dentro de mí se siente contenta y capaz... de algún modo siento que voy logrando mi camino. Claro que se sumaron sueños con los años, pero hey, ¡hay que ver estos 17 años me han rendido frutos!... ¿Quién habría dicho que tanto tiempo después, nos íbamos a convertir en los personajes de mi juego favorito?

3 de febrero de 2012

Reflexión en solitario


Creo firmemente que una de las cosas que todos deberíamos ser en esta vida es agradecidos. Con la vida misma, con el dios en que creamos y con la gente que nos rodea. Sí, así mismito. Hasta cuando los días apestan.

¿Por qué lo digo? Porque no hay un día en que no recibamos algo. Sé que alguien que lea esto va a pensar ahorita: ¡uuufff, será ella! Pero denme crédito un momento y piénsenlo. Anteayer, ayer y hoy recibieron algo que se esperaban o no, de gente amiga o no, o de la suerte misma, si les gusta pensar en esas cosas del destino. Y es bueno para uno verlo, y dar las gracias.

Esta noche estuve pensando en las cosas que me rodean ahorita y caí en algo: La verdad es que cuando se nos cierra una puerta, lo que hay que hacer es estar pendiente de dónde se abre la otra. Si no podemos verlo, quizá sea momento de mirar nuestro día con ojos humildes.

¿Un ejemplo?
Hoy tuve un día terrible. En el top 5 de estos días - que han sido todos terribles, a decir verdad - : Volví a soñar que estaba con Carlos. Me volví a despertar en el momento en que nos íbamos a decir las cosas. Volví a despertarme casi 1 hr antes de que sonara mi alarma, sin poderme dormir. Lloré otra vez antes de pararme. Tardé casi 2h30 en decidir pararme de la cama. Estudié. Me entristecí. No almorcé. Presenté mi quiz. Compré un cachito y el jamón parecía viejo. Almorcé un yogurt. Vi a Carlos y en vez de aprovecharlo me dediqué a no llorar. Pasé 3hrs en cola. Fui a ver a mi tío. Me enteré de que no quiso dializarse ayer ni hoy. Ya todo el mundo tiró la toalla y hay que aceptarlo. Movilnet me carga en GSM. Me invitaron al Maní (realmente quería ir) y lo rechacé por quedarme a acompañar a mi tío… ¿Sigo? Estaba claro ya en la 4ta línea, creo. Today sucked.


¡Pero eso no fue todo! Salí bien en mi quiz. Perdí un poco del miedo que le tengo a la materia. Vi a Carlos, y me dio un abrazo que necesitaba demasiado. Mi tía me planteó una buena posibilidad de pasantía en Maracaibo. Mi otra tía me ofreció su casa si no consigo residencia al volver a Caracas en septiembre (esto es un GRAN alivio para uno que vive residenciado). Hice un nuevo pana. No pasé el día sola como lo empecé. Mi tío estuvo despierto un buen rato y lo vi sonreír otra vez (ver sonreír a mi tío es algo lindísimo)... Y me siento mejor.

Aunque puedan parecer pendejadas, todas estas cosas me imprimieron una buena sensación, todas me llevaron a un "mejor" mejor sitio. Las cosas buenas no son menos buenas porque vengan entre líneas o como producto de algo fugaz. No puedo mentirme y decirme que lo malo no está allí. Esto de ahorita no puedo cambiarlo. No me duele menos, incluso mientras escribo esto.Todos hemos estado o estaremos alguna vez en una posición similar. Lo que hay que tener en mente es que es nuestra decisión incorporar las cosas buenas a nuestra memoria y saber responder -como mínimo- con un agradecimiento, cuando aplique. Solo eso y lo bueno seguirá llegando.

Sometimes, a little does go a long way.
Gracias. Sólo es una palabra. 7 letras, 2 sílabas, y sinceridad. Eso es todo lo que se requiere para mejorar, así sea un poco, hasta el peor de los días.
Buenas noches, gente.

2 de febrero de 2012

Cultura: lo que es y lo que los venezolanos entendemos por ella

Comencemos con lo estándar (obtenido de la RAE):

cultura.
(Del lat. cultūra).
1. f. cultivo.
2. f. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.
3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.
4. f. ant. Culto religioso.




Al hablar de cultura en Venezuela, la mayor parte de la gente toma inmediatamente la segunda acepción del término: si te gusta la cultura, uno entiende que te gustan los museos, que te aprendiste esos "libros ladillas" de Historia Universal en 8vo grado, que te gusta aunque sea un poco la música clásica y te sabes los nombres de uno que otro autor que no figura en las estanterías de Tecniciencia, Nacho o Las Novedades (las únicas tres librerías que conoce el venezolano promedio). La gente puede incluso encasillarte enseguida en la categoría del pretencioso de Midnight in Paris... insoportable y aburrido al cabo de 5 minutos.

Caracas es "LA urbe culta" porque hay un montonero de teatros, cines que de hecho proyectan cine independiente y muchos bares en los que se presentan grupos musicales y comediantes que no van dentro de la línea de Luis Fonsi o Er Conde del Guácharo. Eso se cree acá.

¡Y estamos TAN equivocados, gente!

Seguimos

  • lanzando carros,
  • comiéndonos semáforos, 
  • aceptando la especulación,
  • tratando sin cuidado lo que no es nuestro (así sean nuestros edificios),
  • coleándonos en cuanto sea posible, 
  • buscando la maraña que nos favorezca, 
  • dejando ser a los abusadores,
  • cruzando la calle por donde nos provoca y 
  • pagándole a gestores para que nos hagan los trámites con algún marañeo ahí, etc.


Por supuesto que hay cultura en Caracas, pero hay tanta como en el resto del país (con 10 puntos menos de consideración al otro, en el caso de la clase media-alta y alta), y es necesario entenderlo. Esa cultura que realmente nos importa -tengamos o no teatros, comediantes, conciertos y cines independientes- es la descrita a la izquierda del número 3: "Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc." 
De esa cultura es de la que necesitamos ocuparnos, en particular de aquéllo de modos de vida y costumbres. Esas que le enseñamos a nuestros chamos y que difícilmente adoptarán luego de salir de la casa. Gente: tenemos un hermoso país y gente con excelente carácter, en líneas generales. Y lo hacemos parecer un cataclismo desesperante a ojos de cualquiera -criollo o extranjero- que se espere un buen nivel de civismo.

Cultura es lo que necesitamos mejorar. Ese es, en esencia, el geiser del que emanan todos los males sociales, económicos y políticos que tenemos ahorita. ¿Un ejemplo?: por "cultura" decimos los decentes que no entraremos en política, porque "ese mundo es muy feo, es de corruptos". Y así le dejamos a los corruptos las puertas abiertas y las sillas de la Asamblea desocupadas.

Necesitamos crear una cultura bonita. Tenemos costumbres divinas, alegres, bonitas. Hagamos una cultura que nos haga prósperos. Una cultura que nos haga sentir bonito. Insertémosle valores. Regalémonos una mejor forma de vida. Regalémonos un verdadero orgullo nacional.

¡Vamos, no es tan difícil! Quitémonos ese prejuicio de que somos ricos culturalmente. Eso se quedó en gastronomía y música, falta el ser humano. Faltamos nosotros. Un paso a la vez, una mejor acción por día.

¿Se animan?
Para los twitteros, vayan echándole un vistazo a estos perfiles: @Noteengoriles y @ConValores. Para mantener en mente los ánimos de apostar a ser mejores ciudadanos.

#LamejorVzla es posible. Pero no es realmente Leopoldo ni Capriles quien tiene que comenzar a hacerla.

X & Y : disco del día


Un solo disco (¡y una sola voz!) pueden transportarte a muchos lugares distintos. 
Eso es lo que adoro de este album.

1 de febrero de 2012

Mes d u l c e

Ponquesitos de Cupcakes & Desserts - Foto: Isabel Alfonzo

Será así este febrero, para mí al menos.

Dulce porque ¡POR FIN! me voy a dar los gustos dulces de los que me alejé en enero.
No fue dieta, como podrían pensar. Fue una cuestión de voluntad y de cumplir una palabra que me dí a mí misma, de no caer nuevamente en vicios, no continuar con la costumbre que retomé en diciembre, y pasar enero sin comprarme ni un dulce.

Ha sido especialmente duro porque entre el despecho, los horarios desarregladísimos de comida y la convalecencia de mi tío, me provoca hundirme continuamente en una bolsita de galletas o brownies, o helados. ¡Así es la ansiedad!

Pero el que quiere, puede. Y pude.

Así que señores: apenas tenga oportunidad hornearé mis Galletas de chocolate Super Esponjosas, iré a Gelato por mi adorado helado de Moka (o Chocoarrabiato, o Frutos del bosque... ¡me gustan tantos!), compraré la torta de plátano en Dulces Criollos e iré a Hannsi por su tiramisú. Y en carnaval voy feliz a comer dulces con mi hermanita repostera.

 No por estar sola voy a dejar de darme gustos. Semanalmente, trataré de probar algo delicioso del mundo dulce (del cual no soy tan amiga, no se engañen por mi glotonería) y comentarlo.

Un abrazo solidario a todas las gorditas mentales out there. Nunca olviden consentirse, chicas. Have a treat :)

Especial de febrero


¡No estoy hablando del día de San Valentín!
Estoy hablando de un reto: hacer un post y una foto diaria durante todo este mes.

Me caerá excelente para hacer pasear mi mente por sitios chéveres en vez de caer en un ocio que por los momentos se perfila nocivo para el buen ánimo.

Si bien estoy versionando ya el reto de Manuela (Ayúdame Freud) -que es a su vez una versión del Una foto x día x 29 días del Taller de fotografía Roberto Mata- , todo es válido en el amor y en Blogger y decidí proponerme este ejercicio de constancia para despertar un poco el lado derecho de mi cerebro.

Bienvenido el que quiera unirse, será interesantísimo leerlos :)
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