2 de agosto de 2010

No place like home

Es cursi. Y cliché. Con eso, queridos, quiero decir que es cierto: nada como estar en casa.
La cosa es que yo no termino de definirme una.

Estoy en Maracaibo y voy a pasar acá las vacaciones. Habría sido muy útil (académica y económicamente) quedarme en Caracas haciendo verano y trabajando, pero cuando mi madre me dijo "ya queremos verte, ven a pasar tiempo acá", lancé mis planes a la basura y empecé a preparar todo para venirme. Yo no tengo muy fuerte ese gen latino de pegarse como un corronchito a la familia, y no me la paso extrañándolos ni nada, pero la sensación de estar flotando entre ambientes con los que no sientes un nexo afectivo fuerte puede prolongarse hasta un demasiado. Hasta que llegas a no sentirte anclar en ningún sitio, nunca. Es como ser nómada y yo... Yo necesito tener algunas cosas fijas en mi vida. Manía, quizá.

Me encanta lo impredecible, los imprevistos que te hacen variar, te sacan de la rutina y te hacen ver posibilidades y capacidades no consideradas. Creo que eso hace la vida divertida. Sin embargo, creo que es super reconfortante saber que ciertas cosas/personas están allí invariables. Sirven de pilares de apoyo y descanso cuando uno se marea del corre-corre cotidiano. Es como cuando te cansas de nadar en media piscina y te agarras del tubo de la escalera: es chévere saber que no se va a mover y no preocuparte porque te vas a hundir si no pataleas, y uno ahí se relaja sabroso antes de seguir nadando.

En cuestiones emocionales, la escalera de la piscina es home. No house. Home. Hogar.
Eso es lo que quiero. Ya mis papás no viven en el apartamento donde crecí, se mudaron hace 2 años a uno nuevo que me gusta mucho, peeeero que no me sirve como cajita de recuerdos y -aún cuando mi familia es espléndida y quieren que yo me mude de vuelta- yo siempre siento que no quiero vivir aquí, sería raro; me es de lo más normal irme.
Pero en Caracas tampoco tengo hogar. He vivido en 6 sitios distintos y todos han sido un lugar para dormir, estar sola o pasar un rato haciendo de doméstica. No sé, todos me han gustado pero ninguno ha perdido la sensación de ser prestado.

No me malinterpreten, yo ando de lo más feliz y super agradecida con todo lo que he aprendido en cada sitio en el que he estado, es sólo que mucha gente piensa que es lo máximo este modo de vida mega variable, medio corto de responsabilidades en la casa (porque sólo estoy yo en casa) y mega independiente, porque es verdad: yo pago mi derecho a una habitación y eso me permite decorarla y habitarla a mi gusto, ¡y todo eso es cheverísimo! Pero yo tengo muy claro que en todo eso hay un ingrediente super importante que me falta, y creo que le faltará a cualquiera que viva como yo, que mientras disfruto vivir así, defino esto como algo temporal hasta que POR FIN yo pueda definir/hacer someplace i call home. Lo bueno, por ahora, es que ya tengo quien -al menos- esboce el proyecto conmigo.

3 comentarios:

  1. ...Got u, yo que desde los 13 vivo en una ladito de algún lugar y la casa de mis padres es sólo eso =/ Tú llegando a Mcbo y yo que regreso a Ccs! ^^ Lol

    ResponderEliminar
  2. Para esa clase de proyectos, como lo son construir un lugar al cual llamar casa (there's no place like home, home suena mas...fino en ingles, hogar no me gusta muco como palabra) siempre es necesario un punto de apoyo. Glad you have one!

    Lo unico es que, a diferencia de ti, yo no necesito (o al menos no parece asi) a mi familia tanto, ni tengo necesidad de volver a verles y tal.

    Lo se, soy extraño :)

    cheers!

    ResponderEliminar
  3. ¡Jajaj! Mario, comparto eso de que no te guste la palabra hogar. Me hace pensar sólo en la chimenea de alguna casa.

    Charal, eso de "algún ladito en algún lugar" es la frase perfecta para indicar donde una vive ahorita.

    Saludos ;)

    ResponderEliminar

Este post acepta piropos, críticas, cuentos borrachos, carticas de amor... en fin, deje usted lo que quiera. Aquí lo disfrutamos

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...