1 de julio de 2011

Aprendiendo a leer, recordando escribir

¿Les pasa que sienten que twitter les roba para sí ideas que podían bloggear?
En esas ando. Siento que quiero escribir mil cosas y, de algún modo, termino resumiendo algunas en 140 caracteres, o tragándomelas sin remedio. ¡Y tengo tantas ganas de escribir!

Me propuse retomar la lectura estos meses. ¿Por qué no hacerlo? Es algo que me encanta y que he dejado "sólo para vacaciones" (lo siento RAE, mis sólos se quedarán acentuados) poniendo como excusa que por el agite constante de mi universidad que cada semana me tiene estudiando, pues no me puedo dar el lujo de estar pegada con un libro. Quiero demostrarme lo contrario, y permitirme ese placer de perder la mente en otro espacio, otro tiempo, otras mentes. No sé si ya lo he dicho antes acá, pero hay pocas cosas que me llamen tanto la atención como sumergirme en la cabeza de una persona que es distinta a mí. Una persona con pensamientos parecidos a los míos me divierte, pero si pudiera examinar las ideas que encierran las mentes ajenas, sería tan obsesiva y minuciosa -aunque no tan sádica- como un Dr. Lecter con la agente Starling.
Eso es algo que, por mil y una razones, sólo puedo hacer a través de los libros. Y, con todo y eso, no es la razón principal por la que me fascinan. Esa razón sería, simplemente, el mundo que te abre, puede ser el mismo mundo y siempre será distinto porque lo ves a través de distintos ojos. Hay millones de historias de amor, millones de personajes enamorados, pero díganme: ¿hay acaso otro enamorado como Florentino Ariza? ¿otro como Esteban Trueba, o como Robert Kincaid?

No sé a ustedes, pero a mí desde muy pequeña me gusta leer y es por eso. Porque el mundo se vuelve realmente infinito en los libros, y como son libros, está en tus manos.

En lo que va de mes, me leí varios de los primeros cuentos de Benedetti, escritos entre el 47 y el 50 si no me equivoco, y un libro de Carlos Fuentes (Diana, o la cazadora solitaria) que me comí en 2 días porque, aunque no es el mejor de los libros, me embebía en las mentes bizarras de sus 2 personajes principales. Una locura.

Ahora, también siento la necesidad de escribir. Tengo mil ideas en la mente y me niego a reducirlas todas al formato de pajarito azul. Por mucho que intentemos, no funcionan así nuestras mentes, y la simplicidad no siempre es buena.
¿Ustedes qué han leido últimamente? Ese "(...) Potato Peel Society" del que habló Ani me llamó la atención, con tanta propaganda, pero ni modo, tengo que dejar de comprar libros y comenzar a leerme los que tengo. Y a buscar nuevos blogs, porque muchos de mis favoritos ya no escriben (¿tienen recomendaciones?)

Yo, por hoy, me retiro. Ya llegó el sueño.
Luego veremos cómo va eso de no dejar las ideas sólo en twitter.
¡Saludos!

PD: Quizá me piensen una ultra galla por estas confesiones que les estoy escribiendo, jaja. Quizá sepan de lo que hablo. Los libros me han hecho soñadora, me han abierto la mente. ¿Cómo no adorarlos?

4 comentarios:

  1. Recuerdo aquel día en el que mi papá llegó a casa con un libro y me lo dio como regalo de cumpleaños. Me quise morir, me obstiné y dije: "¿de dónde has sacado tú que a mí me gusta leer?"
    Y lo leí, solo por saber qué mensaje había en el fondo. Y no me gustó. No creo en ángeles, y el libro era completamente de ellos.
    Y me enamoré. Y comencé a leer, y me volví una mujer un poquito más interesante.
    ¿Viste?

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  2. Me pasó algo similar la primera vez que me regalaron un libro: el de Harry Potter. Pensé "yo no tengo 5 años para leer de niños brujos". Luego me encantó. Me enamoré, igual.

    ¡Saludos!

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  3. ¡I hear you! En cada de una de las líneas de esta entrada -inclusive en aquello de revelarse contra la RAE y su libertinaje-

    Libros, leí *Blue Label/ Etiqueta Azul" de Eduardo Sánchez Rugeles, lo compré en el festival de lectura y me sorprendió con una tónica tan nuestra que logra conectar, tal vez te pasé igual por lo que me atrevo a recomendarlo. Además, una compilación de poemas de autores latinoméricanos (y)

    XDD ¡Ah por cierto, yo pensaba igual de la saga del niño de la cicatriz, para entonces leía The Hobbit y Narnia, Harry Potter me sonaba a blasfemia hasta que una compañera de universidad me prestó los tres primeros libros... Completamente enganchada al terminar el Prisionero de Azkaban n.n

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  4. Buscaré ese Etiqueta Azul :) Aunque los precios en las librerías crecen y mis bolsillos se achican. Fenómeno extraño.

    Si te gusta leer algo con tono coloquial, tengo una novela de Eduardo Liendo que podría gustarte. Se llama El round del olvido, y es muy bonita.
    Te lo presto encantada if u promise to take care of it :p

    Yo me pegué con Harry Potter en el 4to capítulo del primer libro. The guardian of the keys. Después de leerlo, más nunca le quise devolver el libro a la mesita de noche, jeje.

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