12 de noviembre de 2011

Para ser bella (2)


Bueno, como decía en el post anterior, lo que más me pegaba de todo este asunto eran los comentarios de mi papá, que aunque nunca fueron malintencionados, me hacían sentir que mi gordura era tan prominente como para captar la atención de tan distraído ser como él.
Luego estaba otro factor: estudio rodeada de hombres que se pasan la mitad de su tiempo mirando a alguna mujer y lanzando comentarios respecto a ella. Esto llega al punto de haberme hecho aprender a diferenciar si una mujer determinada será más atractiva para los hombres o para las mujeres. Lo cual sólo me confunde más cuando intento pensar quién es bella.

"Bella es Megan Fox." -dicen-
O Diane Kruger.
O Kirsten Dunst, para algunos. 
Pueden bucearse mil veces a la Patricia Schwarzgruber en lingerie en Urbe Bikini, pero 
"está rica. Pero así como bella, no" -Esos son los comentarios-.

Entonces una se pone a pensar, ¿cuál es el truco?
Lo primero, supongo, es estar buena. A eso se dedican tantos semanalmente en los gimnasios o áreas deportivas  de la ciudad. Entonces, hay que estar flaca. Pero flaca a lo Megan Fox, no flaca a lo Gwyneth Paltrow. Osea, flaca con músculos tonificados y un buen par de lolas.

¡YA VA!

Pero entonces, Megan Fox y Amy Winehouse serían equivalentes. Y no lo son. Amy no habría convencido a un hombre - uno lo suficientemente sobrio- de decirle que estaba buena.
Natalie Portman, que en mi opinión es preciosa, no está buena. Y Kate Moss, que aparece en las revistas/afiches de moda que miramos, tampoco está buena. Es más, algunos dirían que ni es bonita (¿qué se esperan con la cantidad de droga que ha llevado ese cuerpo?), pero lo cierto es que, según las revistas, debemos intentar parecernos a ella. Al menos, intentar que la ropa nos quede igual de bien.

En fin, en cada esquina hay una mujer luchando por estar buena. Y ese título es algo que hay que sufrir para ganar.
Para estar realmente buena, hoy día, hay que hacer de todo. Perder peso, arreglarse la cara a punta de bisturí, ponerse las lolas, tonificar el cuerpo con ejercicio (o ponerte los cuadritos como hizo Gaby Espino), perder esos últimos 5 huequitos de celulitis que te quedaron después de la rebajada que te echaste, gastar un dineral en cremas para ocultar las estrías... Y vestirte para mostrar todo eso. Ah, pero no rebajes tanto como para que no se te vea un buen trasero. ¡Ni que se te caigan las lolas! *grito de psicosis* god forbid THAT!

Pero seamos realistas: el rollo es que puedes cumplir con todo lo anterior y aún no atraer más que insectos. O no sonreirte en el espejo (lo cual es una especie de equivalente).

¿Por qué? Porque estar buena NO es ser bella.
--> Y tampoco es condición necesaria para serlo <---

Así que, preocupémonos menos por las medidas, y más por... bueno, por ser bellas. Ya irá una viendo qué es.
Por ahora, a criticar (y criticarse) menos. Y a darse un pase libre para buscar cuál es realmente el secreto de las mujeres reales (no modificadas) y bellas.



1 comentario:

  1. n.n ¡Me encantó esta entrada!
    Comparto la duda -y hasta un monólogo parecido de vez en cuando-

    ResponderEliminar

Este post acepta piropos, críticas, cuentos borrachos, carticas de amor... en fin, deje usted lo que quiera. Aquí lo disfrutamos

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...