13 de mayo de 2012

Un secreto de 3 generaciones



Cada una de nosotras es la primera de la línea.

Mi abuela, la mayor de 11 hermanos -y figura materna de muchos de ellos- es la cabeza de la familia, sin duda alguna. Nació en un pueblo llamado El Mamón cuando la costa oriental no era sino polvo, en la etapa inicial de la explotación petrolera. Estudió hasta 6to grado, al terminarlo tenía 16 años y ya había un hombre enamorado esperándola para poderse casar.
Vivió feliz con mi abuelo durante casi 40 años, y después de que él murió vive feliz ahora con sus hijos, nietos y bisnieto. Cuando habla de mi abuelo, todavía se le iluminan los ojos. Baila como nadie, es mejor cocinera y repostera que cualquier sitio de comida rápida, y es buena conversación para cualquier persona educada que se le siente al lado.
Ha pasado por cosas difíciles: pobreza, persecución política, pérdida de 2 hijos, de su esposo... pero es ella quien le enseñó a mi mamá a estar agradecida por lo que tiene. Y a echar pa' lante con eso.

Mi mamá, la mayor de 5 hermanos -y figura materna del menor- es la 2da al mando en la familia. Nació en otro pueblo, humilde pero muy ingeniosa. Estudió, se graduó, hizo posgrado y ejerció felizmente su profesión (mal pagada) hasta hace 2 años. Tiene un talento especial para hacer que la gente la quiera, y siempre, siempre puedes contar con ella. Se casó a los 32, sin dinero ni pompas, con quien jura es el hombre de su vida, y acá sigue. Tiene la humildad por principio. Es la piedra angular de mi casa, y fue ella quien me enseñó a estar agradecida por lo que tengo, y a echar pa' lante con eso.

Yo, la mayor de 2 hermanas y de 9 primos. Figura materna para uno de ellos. Juntando piezas para hacer mi propio rompecabezas. Aprendiendo todos los días, intentando mejorar. Siempre agradecida. Y con mucha, muuuucha historia por escribir.
Leí hoy un tweet que decía que es una de dos: o tienes miedo de convertirte en tu madre, o tienes miedo de no llegar a hacerlo. Yo sólo podría caer en la segunda opción. Pero si mi madre es tan increíble como mi abuela a pesar de ser tan distintas, entonces ¿por qué no podría ser increíble yo también?

(Ellas, después de todo, me han pasado el secreto: la única condición para ser increíble es tener ganas de serlo)

PD: Ya se los conté. Ahora no tienen excusa



2 comentarios:

  1. Que bella familia! Me encanta la filosofía final... la tomaré en cuenta! un beso

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  2. ¡Gracias! :) Me cuentas en unos meses cómo te va

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