Mostrando entradas con la etiqueta Hoy empecé a.... Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Hoy empecé a.... Mostrar todas las entradas

12 de febrero de 2012

Ya tenemos candidato. ¿Y ahora?


Cuando el cielo está así de hermoso como el de Sartenejas esta noche, siempre pienso que se vienen cosas buenas. Un cielo despejado, negro como el infinito, en el que se ven bien marcadas las estrellas.

No me atrevo a decir que esto de las primarias, Capriles electo y el número de votantes sean premonitorios de un cambio inminente en el país, como algunos en la televisión ya están diciendo. Pero sí creo que son bases para un ánimo distinto, para atrevernos a pedir un cambio. Y no me refiero a un cambio de gobernante, sino a un cambio en nuestras actitudes porque, como lo dije hace poco, pienso que somos nosotros los que permitimos o impedimos la deconstrucción del país.

Necesitamos decir y dejar claro frente a los candidatos presidenciales lo que queremos y lo que no. Exigirles que nos hablen (con buenas bases, no con delirios) de cómo piensan darnos el país que queremos, y que nos lo digan puntualmente. Esas charlas de María Corina diciendo "aquí todos tendremos el nivel de vida que queremos" (¿me pueden explicar cómo haría eso, exactamente? Nunca lo dijo) eran tan vacías de intención como las de Chávez diciendo que él quiere un país de paz y dignidad. Chávez no sabe qué es la dignidad, o al menos eso da a ver.

La mentalidad de un país que ha vivido bajo un paternalismo excesivo por medio siglo es algo que no se va a cambiar fácilmente. Pero yo quiero a alguien que lo intente. Que se pase todo su periodo de gobierno intentándolo, y no enriqueciéndose a cuesta de esta mediocridad virulenta.

No sé cómo lo van a hacer. Pero eso es lo que yo quiero, y lo que voy a pedir de un candidato y presidente, por encima de todas las cosas. Alcemos nuestras voces. Hay un camino hacia la mejor Venezuela, pero ese camino lo tenemos que indicar nosotros. Desde abajo hacia arriba, y nunca al revés.

Hoy, hace ya casi una hora, empecé a pensar de nuevo en quedarme. Quedarme y construir. Ya veremos. Octubre es el próximo paso.

1 de febrero de 2012

Mes d u l c e

Ponquesitos de Cupcakes & Desserts - Foto: Isabel Alfonzo

Será así este febrero, para mí al menos.

Dulce porque ¡POR FIN! me voy a dar los gustos dulces de los que me alejé en enero.
No fue dieta, como podrían pensar. Fue una cuestión de voluntad y de cumplir una palabra que me dí a mí misma, de no caer nuevamente en vicios, no continuar con la costumbre que retomé en diciembre, y pasar enero sin comprarme ni un dulce.

Ha sido especialmente duro porque entre el despecho, los horarios desarregladísimos de comida y la convalecencia de mi tío, me provoca hundirme continuamente en una bolsita de galletas o brownies, o helados. ¡Así es la ansiedad!

Pero el que quiere, puede. Y pude.

Así que señores: apenas tenga oportunidad hornearé mis Galletas de chocolate Super Esponjosas, iré a Gelato por mi adorado helado de Moka (o Chocoarrabiato, o Frutos del bosque... ¡me gustan tantos!), compraré la torta de plátano en Dulces Criollos e iré a Hannsi por su tiramisú. Y en carnaval voy feliz a comer dulces con mi hermanita repostera.

 No por estar sola voy a dejar de darme gustos. Semanalmente, trataré de probar algo delicioso del mundo dulce (del cual no soy tan amiga, no se engañen por mi glotonería) y comentarlo.

Un abrazo solidario a todas las gorditas mentales out there. Nunca olviden consentirse, chicas. Have a treat :)

16 de octubre de 2010

Regreso: con menos propósitos que nunca.



Yo tengo como 3 años nuevos al año (mi cumpleaños y el regreso a clases en septiembre son los extras), y tengo que admitir que hacerme propósitos para uno y otro es un enredo. Creo, por eso, que voy a dejar de hacerme tantos.

Hay un propósito fundamental e invariable en cada año nuevo, y es intentar ser mejor persona, seguir aprendiendo lo que la vida y la gente me va enseñando. Me he dado cuenta de que en meses como agosto -en que por lo general no tengo sino ese propósito- TODO me sale mejor y yo me siento súper bien. En meses así, de vacaciones, no tengo esa lista de exigencias conmigo misma que (sumadas a mis múltiples manías que rayan en el perfeccionismo) me hacen sentir CANSADA de la rutina normativa de mi cabeza.

Fíjense: voy a dejar en mi lista mental sólo aquéllos propósitos que me traigan UNA RECOMPENSA QUE YO ANHELE. Vamos a quedar en algo así:
- pasar todas mis materias.
- mantenerme arreglado el cabello
- Salir menos, para ahorrar (Nah. Encontraré algo barato y divertido)
- Rebajar Hacer ejercicio para mantenerme activa y relajarme
- Visitar a mis suegros todas las semanas (Les llevaré un detalle cuando haga algo chévere)
- ¡Sacar a pasear mis sandalias!
- No perder tiempo manguareando cuando voy a estudiar
- Hacer mis almuerzos de todas las semanas Hacer almuerzos para los días que trabajo
- Exfoliarme la piel a diario
- Mantener arreglado mi mini-cuarto
- ... (ad infinitum)

¿Y lo principal de no sobrecargarme de mini-metas?: Voy a rendir mejor y a andar más feliz.
Eso de que uno necesita presión pa ser eficiente es un GRANDÍSIMO latinoamericanismo y ya sabiéndolo pues, mejor me lo voy quitando de la cabeza.
A quien esté en una situación como la mía (extremadamente común), pues lo invito a unirse a mi movida, agarrar su lista (o hacerla, como yo) y tachar esas cositas que -para ser francos- ¡no necesita! Y asegurarse más "Listo. Listo. Done. Check. Check. Listo. Sólo falta hacer tal y tal", menos canas (yo ya tengo 7 :o ) y más ratos de buen humor.

Hoy, bloggers queridos, empiezo a preocuparme menos.
(ya hay demasiadas mujeres histéricas en el mundo. Díganlo ahí los chicos, jajaja)

PD: It's all about the attitude. Después, todo llega solito



19 de febrero de 2009

Una página y ya lo amo

Hoy empecé a leer Rayuela, de Cortázar. ¡Por fin! Tengo como 2 años queriendo este libro. Y con la primera página, justifiqué toda esa espera. Y en el segundo capítulo, lo amé.

"Dejábamos las bicicletas en la calle y nos internábamos poco a poco, parándonos a mirar el cielo, porque esa es una de las pocas zonas de París donde el cielo vale más que la tierra."

La última oración me hizo contener el aliento por un momento. Recordé muchas cosas, muchas noches en que el cielo me valía mucho, mucho más que esa tierra que tanto me encantaba.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...