-Toy de vuelta-

Bueno, eso sí no lo dice nadie de mi familia, pero por evitar el chinazo de un post titulado "Llegué", escribo casi cualquier cosa.
¡Eesoo! Puede que estés pensando por qué demonios no dije muy correctamente "Volví". Mis sinceras felicitaciones a tu sentido lógico, querido blog, pero como (casi) siempre, hay un motivo detrás de mi escogencia:

Mi regreso está marcado e impulsado por el hecho de que he llegado al punto con el que no daba: consentirme.

Regresé de mi viaje el 20 de abril, y hasta hoy no había dejado rastro de mí por este sitio que me gusta tanto. A decir verdad, mi ausencia y olvido (de mí) no se debe sólo a los estudios y a que ahora paso más tiempo dedicada a mis clases de francés. No. Creo que se debe a un desbordamiento de mi contenedor de nostalgias.

Me guardé mi nostalgia de Maracaibo en los bolsillos porque "ya en unos días voy", de mi familia porque están bien, en las medias viejas la nostalgia por mis actividades caraqueñas -las únicas que me encariñan con Caracas- porque tengo que ahorrar/estudiar/descansar/ser cuidadosa (debido a la inseguridad), me tragué mis ganas de cocinar cosas ricas porque "no tengo espacio en la residencia" y DIOS las de leer, bailar y mimarme porque "no tengo tiempo".

Sonaré rosa, pero lo único chévere que he hecho por mí es pasarla excelente con mi novio. Toco madera. Y no me quejo, estoy feliz, feliz, feliz, pero me quiero sacar provecho.

Gtg. Este cuento continúa, pero como ya es sabido estudio en la simón y debo ir a gallear como se supone que hacemos todos los de allí. Dejo un segundo post con algo para reírse.

(continuará... chan chan chan chaaan)