todo excepto tú.
Antes podía reconocer tu olor debajo de cualquier humor que lo disfrazara, debajo de cualquier hoja que te hubiese cubierto ese día o cualquier puerta que te estuviera encerrando. Y todo eso a pesar de que nunca me di cuenta de si te echabas o no perfume. Ya no.
A veces te siento ahí, flotando cerca de algún lugar cualquiera. Y entonces de repente otro día te veo y no estás… Me quedo como que "ya vaa, ¿qué es eso?" ¿Qué me está llegando entonces? Si ni tu recuerdo ni tu presencia son tú. Eso lleva meses rondándome la cabeza cada día que por alguna casualidad nos encontramos. No es por nada, pero es que mi sexto sentido nunca me falla y en este caso sentí que estaba jugando sucio contra mi decisión de no preocuparme por el cómo estés.
Hoy que te vi otra vez, y te puse atención, y me colée en esa corriente de aire por la que acababas de pasar, para quitarme la duda, lo descubrí todo. Ahora lo sé: no eras tú eso en el aire. ¡Era yo!. Yo feliz, yo bien, yo sintiéndome capaz de algo más. Antes había confundido ese olor contigo, porque tú y él aparecían al mismo tiempo. Y hoy que te vi y no eras tú, sonreí porque me di cuenta de que hace muuuucho que soy yo –yo mejorada, yo BIEN- sin pensar en ti. Sin depender de nadie. Y estoy feliz, como siempre que obtengo una respuesta que quiero. Y soy feliz porque encontré una boya más en esta playa que tanto me gusta nadar, aunque a veces joda y canse. Para eso están las boyas. Bravo :)
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